Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Manuela en su cumpleaños

17 de febrero de 2020

Manuela cumplió años hace ya bastantes días y se me pasó felicitarla. Últimamente veo pasar con mayor frecuencia las hojas volanderas del olvido y me embarga la melancolía. Reconozco que el tiempo me encorva la espalda y me encoge el ánimo, que los años pasan una factura que hay que abonar sin derecho a descuento y que son habituales las páginas en blanco cuando lo que procedía era escribir o hablar con la persona querida en días que son para la alegría y el recuerdo.

Manuela celebró la fiesta íntima de su cumpleaños coronando una etapa más de una vida forjada en el trabajo, en la labor callada que huye del brillo estéril y se transforma en el milagro cotidiano de la entrega generosa a una idea y una empresa. Porque la biografía personal de Manuela es un canto persistente y entregado al trabajo asumido como un ejercicio de responsabilidad del que nunca ha querido apearse. Ese es el principal valor que hay que atribuirle y sin duda el más meritorio de una trayectoria en la que ha sabido ganarse a pulso el bien preciado del respeto. De los que le mandan y a los que manda.

Tendría Manuela que darse un respiro y echar de vez en cuando mano del freno que aconseja tomarse las cosas con cierta calma. No sería Manuela si lo hiciera así. Celebrará más cumpleaños y brindará feliz por el trabajo y levantará la copa por su empresa. Es su sino y aunque tarde la felicito. Me olvidé de citar su nombre completo pero, ¿hace falta?.