Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Luis Miguel y su Congreso

31 de octubre de 2018

Lleva quince años metido de lleno en una aventura sectorial que nadie ha sido capaz de imitar. Que nadie ni siquiera ha intentado. Tal vez porque a muchos de sus colegas no les seduzca demasiado el que lo relacionen en exceso con el juego, palabra tabú de la que conviene huir o por lo menos resguardarse. A él esto parece traerle sin cuidado y lo que demuestra, con tu tenacidad a prueba de desalientos, es que su compromiso con el juego es fuerte y supera cualquier prejuicio, a pesar de los muchos que se airean sobre la actividad.

Cuando conocí de manera mas cercana a Luis Miguel González Gago con ocasión del primer Congreso de Juego de Castilla y León, del que es alma, corazón y vida, le dije: “Llamas a las cosas por su nombre, no rehúyes ningún choque y esto te distingue de la mayoría de tus compañeros que por lo general andan nadando entre dos aguas o se ponen a cubierto”.

Quince años después me reafirmo en aquel juicio improvisado dicho en torno a unas manifestaciones que me parecieron valientes y sinceras. Y que nos ponen delante de un tipo que ha defendido como pocos el juego y ha abierto caminos de evolución. Y que está metido hasta las cachas en un evento del que es progenitor, que ha permitido a la Junta de Castilla y León marcar distancias con el resto de las autonomías. Porque el juego no vende, antes al contrario, y echarse sobre los hombros la responsabilidad de un congreso y mantener la llama viva y ardiendo durante quince años es hazaña propia de personajes con voluntad férrea, arrestos y sentido de la anticipación. De los que puede hacer gala mi apreciado Luis Miguel González Gago.