Sorprende que dos policías locales de Palma fueran detenidos tras su intento de tratar de cobrar un dinero con fichas falsas en el Casino de Santander. Al parecer pretendían llevarse no llegaba a dos mil euretes del ala. El hecho no deja de provocar cierta hilaridad ante la endeblez mental exhibida por los dos tipos en cuestión, cuyas fisonomías parecen responder más al perfil de Anacleto agente secreto que a las que se supone deben de exhibir los encargados de velar por la seguridad de los ciudadanos.
Los polis encargados de la “operación estafa” al Casino del Sardinero dejan en pésimo lugar al cuerpo al que pertenecen. Porque ésta pareja, parecida a Mortadelo y Filemón en versión chusca, han demostrado una falta de luces tan aguda que de entrada les incapacitaba para su ingreso en el cuerpo. ¿ Se puede ser más simple mental que éstos tíos que se juegan el curro y la continuidad como funcionarios por una cantidad de risa en una operación de sainete ? Digo que de entrada dejan en pésimo lugar al cuerpo porque quiero suponer y supongo que la inmensa mayoría de los policías locales de Palma poseerán un nivel intelectual muy por encima del demostrado por semejantes agentes que parecen extraídos de los “cazafantasmas.”
Bromas aparte y por descontado que condenando una actuación que aparte de su carga hilarante merece la más enérgica de las reprobaciones al estar protagonizada por dos policías, abundan más de la cuenta las noticias que relacionan a policías locales de Palma con actuaciones delictivas o irregulares. Serán casos puntuales que no afectarán a la probidad y competencia exigible al cuerpo, de acuerdo. Pero se han dado, han trascendido y hemos tenido noticias de ellos. Y el último es éste que denota tanta zafiedad como escasa inteligencia. Una limpieza en las dependencias de ésa policía local de Palma para que dejara de oler sería ejercicio tan higiénico como saludable para la ciudadanía.