Durante el dúo verbal que mantuvieron Jesús Franco y Manuel Lao en Torremolinos en septiembre de 2017, en la que dijeron verdades como puños y fueron fieles a su costumbre de no morderse la lengua, Jesús declaró “no puede venir cualquiera de fuera y hacer lo que le salga de los cojones”. El mensaje era tan directo como diáfano y la dirección del mismo tenía sus destinatarios.
En España desde que se reguló el juego se han establecido regulaciones y en una economía de libre mercado como la nuestra han ido surgiendo iniciativas y actividades diversas que enlazan directamente con su industria. Nada parece objetable en éste sentido. Las normativas están para respetarlas y tratar de mejorarlas y las ferias, seminarios, exposiciones o cualquier tipo de eventos deben quedar sometidas a las reglas del mercado, que funcionan en base al péndulo de la oferta y la demanda.
Hago ésta introducción porque de un tiempo a ésta parte parece que hay consignas surgidas de ésos que Jesús Franco señalaba como “los de fuera” que tratan de marcar la pauta sobre lo que se debe o no se debe hacer, donde hay que ir y donde no y andan diseñando estrategias a favor o en contra de determinados eventos o citas del sector.
Manda cojones, y ahí me sumo incondicionalmente al lenguaje expresivo de don Jesús, que se impartan lecciones de todo tipo que deben quedar al libre albedrío de cada cual, de cada empresa. Y que "sugieran, aconsejen o reclamen" para que se cumplan sus tesis. Esto es grave y resulta atentatorio contra la propia industria nacional del juego. Pero más grave todavía es que los de aquí bajen la cerviz y se plieguen a estas directrices. Eso sí que tiene cojones.