Oiga, y perdóneme por la expresión, pero hay que ser muy cafre o muy ignorante, que también, para anunciar a bombo y platillo que se está contra ICE 2025 por el hecho de que expone productos destinados al juego. La ceguera sectaria de unos políticos, muy minoritarios aunque muy ruidosos, se ha movilizado, lleva tiempo haciéndolo, en contra del evento de Barcelona al que amenazó en su momento con el boicot.
Estos paletos antijuego, a los que por otra parte les gusta vivir como pachás, no albergan más obsesión que tratar de dinamitar cualquier proyecto o evento relacionado con las prácticas de azar. Las de carácter privado, puesto que sobre las públicas pasan olímpicamente. Supongo que como andan cortos de entendederas para calibrar la importancia de determinados asuntos éstos tipos no han caído en la cuenta de lo que representa ICE para la ciudad condal, su hostelería, su comercio y su trasporte entre otros sectores que se verán muy beneficiados por la celebración de la Feria. Hablamos de una convocatoria de dimensión internacional que atraerá a Barcelona a miles de visitantes procedentes de países de todo el mundo. Sólo en materia de promoción el evento reportará una difusión turística de gran proyección, de la que se obtendrán frutos a medio y largo plazo. Por no contabilizar el dinero contante y sonante que se dejarán en la capital los desplazados con ocasión de las jornadas feriales. Que serán muchos cientos de millones de euros.
Que un acontecimiento de ésta naturaleza, que en Londres ha sido objeto a lo largo de muchos años de los mayores parabienes, encuentre en Barcelona el rechazo sistematizado de unos minorías políticas de extrema izquierda, radicalizadas hasta el paroxismo, que se ciscan literalmente en el robustecimiento de la economía urbana, define sin más preámbulos la catadura de sus componentes. Unos tipos que hacen del juego blanco de sus fobias, que preconizan el igualitarismo pero no para ellos y los suyos, y que están anclados en un pasado sin esperanza. Con ser censurable su comportamiento bárbaro en contra de la evolución socioeconómica de un pueblo, lo es más la actitud de aquéllos que por conveniencia o miedo, les hacen el juego. Menuda patulea de individuos que en sus cometidos no hacen si no ofender lo que entendemos por política. En el más noble de los sentidos.