Cuando un pueblo se ve asolado por la tragedia a sus gentes no les queda otro recurso que acogerse al calor protector del familiar más próximo o el amigo. Ese amigo que te transmite rápidamente su apoyo, su palabra de afecto y consuelo, su estar a tu lado en los momentos duros que lo son menos al compartirlos con seres con los que te sientes identificados. En ésos instantes invadidos por el dolor y el infortunio el respaldo sincero del amigo te presta el aliento preciso para seguir creyendo en la condición humana y en los valores que de ella se desprenden.
Hemos recibido en SECTOR DEL JUEGO muchas llamadas, muchos mensajes, muchas muestras de cariño solidarizándose con nosotros con motivo de la riada. Algunos de éstos testimonios han sido francamente emocionantes y demostrativos de que quedan muchas gentes con una sensibilidad singular que reacciona ante la desgracia ajena con tanta prontitud como generosidad. Son en ocasiones como las que estamos viviendo cuando las personas se muestran tal cual son: de buena pasta, indiferentes o simplemente unos hijos de puta.
Resulta muy reconfortante que personas a los que nos unen sólidos lazos de amistad y relación reaccionen con presteza para interesarse por nosotros y el entorno que nos rodea. Y gratifica más todavía que otras con las que el contacto suele ser esporádico no duden en llamarnos para transmitirnos su pesar por lo acaecido y ofrecernos su apoyo sin reservas.
Desde aquí vaya el testimonio de sincera gratitud de todos los que hacemos SECTOR DEL JUEGO por tanta muestra de cariño, por tanto gesto de dolorido sentir y de deseos de ayudar. Son llamadas, palabras y mensajes henchidos de fraternidad que nos devuelven con creces la confianza en el ser humano y en su sentido del altruismo y su voluntad de atender al necesitado. Gratitud de corazón para todos.