Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Los agradecidos

20 de marzo de 2024

El ejercicio de escribir es ingrato en muchas ocasiones. Abordas un asunto bajo un prisma que responda a criterios de objetividad y resulta que de pronto te sale un tipo que se siente molesto o incluso ofendido. Y hasta cuando te refieres a una empresa concreta en plan laudatorio hay quién se considera con la autoridad suficiente para interpretar que te has quedado corto y que lo único que mereces es algún reproche o simplemente el silencio como respuesta y prueba de desaprobación.

Por no mencionar los casos de los personajes o más bien personajillos que por su presunta notoriedad, la que han procurado autofabricarse, creen que son legítimos acreedores al elogio permanente y sí es posiblemente encendido, dicho lo cual y debido a su estatura, muy alta, profesional o empresarial no tienen ninguna obligación de mostrar el menor de los reconocimientos hacia los plumillas que se ocupan del relato de sus hazañas, que son constantes y merecedoras de la mayor devoción periodística y, si me apuran, literaria puesto que hablamos de protagonistas muy destacados.

Esta es la moneda de uso corriente. La que se muestra displicente o simplemente trivializa la función periodística. La que no le merece ningún gesto de gratitud y sí en cambio, por un quítame allá esas pajas, le aflora con espontaneidad la más furibunda de las descalificaciones.

Afortunadamente frente aún panorama como el descrito está la realidad reconfortante de quienes poseen la sensibilidad suficiente para valorar el sentido de un artículo, lo que en su contenido hay de verdad, o de pulsión afectiva, o de realidad bien descrita que reclama una sola palabra: gracias. Que a uno le llega muy dentro. Por eso, a las gentes agradecidas que todavía quedan y sea por largo tiempo, que Dios los conserve en ésa reconfortante postura a lo largo de toda su existencia. Y me quito el sombrero en señal de infinita satisfacción. Es lo mínimo que puedo hacer.