En 2010 fueron 50 los países representados en la feria de Londres. En 2020 serán más de 70 los que se disputarán en ICE su derecho a arañar una cuota de un mercado del juego cada vez con mayor rango de universalidad.
Este dato, que tiene en Londres su reflejo y su traslación física, denota que nuevas naciones se suman a la creatividad y el ingenio en una industria del juego que es tecnología, que son ideas y factor de distracción y emoción para millones de ciudadanos del mundo. Que no se detienen ni admiten freno al desarrollo de un sector que va ganando estatura, inventiva y originalidad para conseguir una oferta de entretenimiento más plural y satisfactoria para sus usuarios.
El dinamismo, la potencialidad y el sentido evolutivo del juego se van compartiendo y ampliando en el mundo. Londres es el espejo máximo de una realidad que se extiende por numerosos países. En ICE las multinacionales de la industria marcan la ruta del progreso, pero de un ejercicio al siguiente es visible la integración de competidores inéditos que añaden frescura y otra mirada al diverso y sugestivo escaparate de la industria del azar.
Londres en todo lo alto del juego. Porque no deja parcela sin visionar, ni elemento por exponer. Porque cualquier búsqueda, por difícil que sea, encuentra allí su respuesta y su objeto. Y en medio de tamaña y gigantesca oferta, España y sus fabricantes ocupan un lugar digno de reconocerse y exaltarse.