Dicen los podemitas de Córdoba que quieren una ciudad sin salones de juego. No seré yo quién les coarte su libertad para pedir lo que quieran y hacer realidad sus sueños. Y como estamos en una sociedad libre y democrática yo también quiero formular mis peticiones para la ciudad donde vivo y nací, que es Valencia, y por simpatía las extiendo hasta Córdoba.
Lo que yo quiero para mi ciudad es verla liberada de tipos políticos que tratan de controlar nuestras vidas, que intentan dirigir las conductas individuales, que nos marcan pautas de comportamiento y nos dictan, según sus criterios, lo que debe hacerse y lo que no conviene.
Lo que no quiero, bajo ningún concepto, es verme sometido a las directrices que quieren imponerme tipos de la más rancia ideología comunista que pretenden dejarme sin juego, sin toros, sin bandera y sin sentir patriótico. Lo que no quiero es plegarme a las prohibiciones de una panda de progresistas que son la antítesis del progreso.
Que son la dictadura, el puro anacronismo político, la más grosera de las bofetadas a la libertad.
Quiero y deseo una ciudad alegre y confiada y alejada, muy alejada, de aquéllos tipos que no quieren salones ni respetan las elecciones individuales de los demás. Vaya tipos.