Lo que nos une a los españolitos en éstos días, al menos hasta la jornada del cante de los niños de San Ildefonso, es la lotería, el sorteo de Navidad. Hay que admitir que los publicitarios de SELAE saben tocar la fibra sensible, apuestan por la carta de la emoción, estimulan los sentimientos efectivos y hasta invitan al recuerdo que provoca la lágrima. Por unos días compartimos la ilusión del décimo, fomentamos la posibilidad de alcanzar sueños imposibles, levantamos castillos en el aíre desde los que se divisan nuevos horizontes bañados por la suerte del premio gordo. El billete de lotería es una especie de salvoconducto que contribuye a que mucha gente aspire a disfrutar de la felicidad que da el dinero. Estamos unidos por la tradición del azar navideño, por las bolitas del bombo que son una explosión de alegría y miles de euros.
El sentido de la unidad acaba con la lotería y el participar de una ilusión común. A partir de ahí tomen buena nota. Para 2025 hay programados más de cien actos para conmemorar el medio siglo de la muerte de Franco. De nuevo sacamos a pasear el cadáver del general. Si la vida de los españolitos no está suficientemente polarizada hay que avivar la llama del frentismo, estimular la confrontación como argumento político, excitar hasta el extremismo los ánimos de los ciudadanos y divulgar la parte de la historia que interesa descartando con sumo descaro la otra, la de los enemigos.
Estamos en el retorno al pasado. En el que se pretende reescribirlo desde una óptica política interesada. Al tiempo que se quiere hacer tabla rasa de la transición y de todo lo que representó para la reconciliación de los españoles. A los jóvenes se les vende la idea de un medio siglo de convivencia como nunca se conoció nuestro país como una idea fallida, una consecuencia del franquismo y sus secuelas. Lo tremendo es que ésas teorías destinadas a fomentar el guerracivilismo están calando, por insistentes y reiteradas, en un segmento de la población. Ante panorama tan poco esperanzador hay que aferrarse a la ilusión del gordo de navidad. Que por lo menos nos une, aunque sea unas pocas fechas. Y suerte para todos.