Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Lenin sigue siendo una momia

10 de septiembre de 2024

El comunismo y sus sucedáneos, que en España son varios, siguen fieles a su ideología totalitaria y a su lenguaje plagado de tópicos y de frases hechas que huelen a viejo. Lo cierto es que no han sabido evolucionar al compás marcado por el paso del tiempo y los cambios sociales. La doctrina de Marx ( no la de los hermanos que eran más graciosos ) aplicada por Lenin es ya un fracaso político que la historia se ha encargado de certificar. Y prueba de ello es que lo que subsiste son residuos bananeros ejemplos de pobreza y desigualdad extrema. Hasta China, el gran coloso, tiene en vigor una especie de comunismo edulcorado que cada vez guarda menos relación con el modelo original. Y ésta transformación le ha permitido auparse a una de los puestos clave en el liderazgo económico mundial.

Volviendo al lenguaje, los representantes españoles de la cuerda rojelia no lo han actualizado para nada. Persisten en los términos «expolio a la clase trabajadora», «sometidos al yugo del capital», «explotación de los más débiles”, «los ricos son cada vez más ricos a costa de los pobres» y múltiples frases hechas de parecido talante. En éste sentido denotan una carencia de recursos dialécticos francamente penosa, al tiempo que una voluntad férrea por no salirse una línea de consignas trasnochadas que suelen utilizar con machacona simpleza.

Largo todo éste rollo al leer las declaraciones del ministro Pablo Bustinduy, que ha ido de podemita a Sumar, yo diría más bien que restando en todo, a propósito de las casas de apuestas. Ha sido abordar el asunto del juego y largar la matraca «del expolio de los barrios oprimidos» de la «erradicación de éstos locales por ser un modelo depredador de las economías más débiles» y frases por el estilo. Escuchándolos, y aburriéndonos con su palabrería de catón comunista, uno llega a la conclusión de que éstos tíos todavía no se han enterado de que Lenín sigue siendo una momia, de que la URSS se extinguió y cayó el muro de Berlín. Les queda la familia Castro y sus palmeros y el bestia de Maduro. Y poco más. Pero ellos erre que erre. Como Paco Martínez Soria pero sin pizca de gracia.