José González pertenece a la vieja guardia de los empresarios que hicieron del sector lo que es hoy. Pelearon lo indecible para levantar una industria, consolidarla y profesionalizarla. Y como todos los pertenecientes a su generación, combatientes en primera línea por hacer grande la actividad, el comandante de LUCKIA no se anda con rodeos a la hora de analizar la problemática existente, ni se muerde la lengua para hablar de las verdades del barquero, en su caso con experiencia más que sobrada para estar cargado de razones.
Afirma José González que si una Ley del Juego tiene entre noventa y cien páginas el 80 por ciento de su contenido está destinado a poner limitaciones. Y apunta a que es todo lo contrario de lo que sucede con SELAE y ONCE subrayando así las concesiones de todo tipo que los gobiernos de turno dispensan a ambas entidades.
Ofreció González argumentos de mucho peso en sus conclusiones que por descontado compartimos. En la mayoría de los casos las disposiciones que se aprueban por los gobiernos en materia de juego más que una voluntad regulatoria parecen responder a la pretensión de capar sus negocios. De ir contra un funcionamiento normalizado y con posibilidades de evolucionar. Simplificando podríamos decir que más que leyes o decretos sobre el juego son antijuego y así clarificamos la cuestión.
Junto a textos extremadamente limitativos en los que subyace un contenido ideológico cuya intención no es otra que erosionar al juego privado, está la manga ancha tantas veces denunciada que protege descaradamente a SELAE Y ONCE, que gozan de todos los privilegios y campan a sus anchas sin que sean objeto de unos mínimos controles. Lo dicho por González que suscribimos enteramente: leña para unos y bendición para sus competidores. Que lo son y en grado sumo.