Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Largo compás de espera

4 de abril de 2019

Unos meses antes de las elecciones autonómicas y meses después de realizadas las mismas la situación se repite: parálisis total del juego, donde en cuanto a novedades nada se mueve y sólo los trámites caminan, en ocasiones despaciosamente y en otras con el freno de mano echado.

El juego es una industria que está en todo a merced de la administración. Y a la que no le queda otra alternativa que aguantar y resignarse. Si por reglar general los asuntos que le afectan y que se derivan de decisiones administrativas suelen resolverse con tiempo lento, con pasos más que pausados y eso  base de insistir y reiterar empresarialmente la necesidad de soluciones, para que vamos a contar que sucede cuando entramos en periodo electoral y post. Entonces, como acontece ahora mismo, el manto del más espeso silencio cae sobre el sector y aquí nadie dice ni mu, ni de una parte ni de la de enfrente.

Esta subordinación absoluta del juego al tempo de la administración, que sigue desenvolviéndose, a pesar de sus avances tecnológicos, con movimientos de paquidermo, reafirma la condición subsidiaria de la industria, su tremenda dificultad para gestionar y avanzar, su dependencia de la política y sus vaivenes, su manifiesta incapacidad para imprimir el dinamismo que exige el negocio. Todo esto es lo que impide que el juego pueda equipararse, aunque quiera, al resto de sectores industriales. Tan triste como real.