Conviene tener memoria. Y sacarla de paseo cuando la oportunidad lo requiera. Estamos metidos de lleno en el Expocongreso de Torremolinos. Y la realidad de hoy no guarda relación alguna con la fase inicial del evento. Que arranca en octubre de 2012 promovida por las asociaciones del recreativo andaluz. Y con la ignorancia deliberada de la Junta cuya entonces directora general de Tributos y Juego, Rosario Gómez, no sólo no se dignó presidir la ceremonia de apertura si no que tampoco tuvo la delicadeza de enviar en su nombre a un representante de su departamento. La única presencia oficial en el acto fué la del delegado del gobierno en Málaga que corto la cinta inaugural.
Vaya por delante que el gesto desconsiderado de la reguladora del juego de Andalucía hacia el acto resultó una muestra más de la displicencia con la que trató al juego durante su mandato. Que creo recordar ni fué dilatado ni registró mejoras dignas de mención.
El rechazo de la Junta de Andalucía al Expocongreso, o la ausencia de apoyo al mismo, debió obedecer, pienso, a la escasa sensibilidad de la directora general y a las incertidumbres propias de los resultados de una iniciativa cuyo balance final estaba por ver. Y a pesar de que la respuesta en cuanto a público y participantes registró un saldo positivo mayor del esperado la negativa en forma de respaldo oficial se mantuvo al año siguiente.
El primer Expocongreso contó en una de las mesas de debate con la presencia de José Antonio Soriano, sin duda uno de los reguladores que mayor huella ha dejado en la gestión del juego andaluz, al que impulsó por caminos de una evolución progresiva. Y en aquélla oportunidad Soriano se mostró muy orgulloso de haberse ocupado de los asuntos del juego y también de sus gentes.
A través de los testimonios que del primer evento publicamos en SECTOR DEL JUEGO llama la atención la escasa o nula presencia en las fotografías de Luis Escribano. Que había sido el principal valedor de la idea y que por decisión propia optó por mantenerse en un plano de discreción. Lo que no obstó para continuar trabajando en un proyecto que merced a su concurso continuó creciendo de manera espectacular.
La Junta de Andalucía, que quede clarito, se decidió a jugar la carta del Expocongreso a la tercera edición haciéndolo a quién ya era entonces caballo ganador que se ganó a pulso el reconocimiento y apoyo de las grandes empresas del sector. Que resplandezca la verdad por encima de todo.
