Es y será siempre porque lo lleva en la sangre un policía cabal, de los que crean escuela, y una persona que ha sabido dejar huella perdurable en el juego. Jesús Alberto Fuentes alcanzó la jubilación y nos ha dicho un emotivo hasta luego. Porque nunca podrá decir adiós a un sector en el que supo ganar amigos, medallas, respeto y afectos. Al que entregó cuatro décadas de labor minuciosa y vocacionalmente apasionada de la que recibió, como contraprestación, un reconocimiento que se ha ido intensificando con el paso de los años.
Jesús Alberto Fuentes no limitó su campo de actuación a las funciones inherentes a su cargo. Su compromiso con el sector procuró ir un poco más allá y eso se tradujo en iniciativas que han reforzado la seguridad y responsabilidad del juego. Un sector que ha sentido como propio, y en el que supo ejercer la autoridad con la mano diestra propia de las personas inteligentes.
Son cuarenta años de dedicación intensa al juego, y de comunión generosa con sus problemas. Por ésas razones, y muchas más, Jesús Alberto se ha despedido, o nos ha dicho hasta luego, saliendo por la puerta grande del afecto unánime y, sobre todo, sincero.