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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Jesús Álamo, en el trono de los casinos valencianos

13 de junio de 2016

El Casino MEDITERRÁNEO, de Alicante, inauguró su nueva fachada adaptándose a los criterios municipales. Lo que no deja de ser una muestra más de la integración de la compañía propietaria de la licencia con la bella ciudad y sus gentes, con sus modos de ser y sentir, con sus pálpitos cotidianos y sus inquietudes y con un paisaje familiar y espléndido del que es parte y esencia.

El Casino MEDITERRÁNEO está presente y levanta su bandera en tres establecimientos de la provincia: en la capital, en Benidorm y Orihuela-Costa. Esto pone sobre la mesa de la realidad económica el sólido compromiso de la empresa que encabeza Jesús Álamo, junto a Vicky Cristescu, con ésta tierra en la que ha creído con fé ciega y en la que ha puesto en práctica, con determinación y arrestos, la filosofía de aquéllos empresarios que asumen su condición sin titubeos, trabajando, arriesgando y echando mano de ideas propias al servicio de unos objetivos. De cuya consecución surgen propuestas de ocio que robustecer la oferta turística del lugar, creación de empleo directo especializado e ingresos para las arcas públicas. Algo tremendamente necesario en la España de hoy.

Conozco a Jesús Álamo un montón de años. Hemos compartido amistad, confidencias, abrazos y desencuentros. Que son las estampas propias de la vida cuando las relaciones se estrechan y las divergencias afloran. Pero siempre nos reencontramos en los momentos clave. En los que lo vivido en común se impone al entibiamiento ocasional. Entre otras causas porque la razón, y los sentimientos, mandan.
 
No me duelen prendas al escribir que Jesús Álamo se ha encaramado al trono de los casinos valencianos a base de muchísimo trabajo, ejercicio que sigue practicando desde cada mañana al despuntar el alba; de darle vueltas a la mente, otra gimnasia que no deja de practicar, y de aquello que no puede prescindir un empresario que se precie de serlo: audacia. Sin ella el verdadero emprendedor se queda a mitad del camino, pierde fuelle, no alcanza plenamente la meta del éxito.
 
Álamo ha estado, con sus casinos y sus empresas en general, a las verdes y a las maduras; navegando con viento favorable y afrontando tempestades que las ha habido y se han llevado por delante muchos negocios. Y ha sabido aguantar, trabajar de firme y sin darse respiro y seguir adelante. Con semejantes actitudes ante la vida y la empresa no resulta extraño que sea el rey indiscutible de los casinos valencianos.