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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Jaume Sanahuja, el valor del señorío

12 de enero de 2016

En una sociedad como la actual, en la que muchos valores han entrado en crisis, en la que lo pedestre se impone y marca pautas de convivencia, todavía hay personas a quienes gusta cultivar unos modos y maneras de comportamiento que denotan eso que llamamos señorío. Y que cada día abunda menos porque las relaciones sociales de hoy se han vulgarizado y no reparan en distingos de esta naturaleza.

Un personaje, que aparte de ser un referente en la historia del recreativo español, siempre ha mostrado a lo largo de su dilatada y fructífera trayectoria empresarial un perfil en el que descuella el señorío como norma inalterable de conducta se llama Jaume Sanahuja Junyent, alma de MGA y persona que ha ido caminando por la vida con pasos firmes y al dictado de una inteligencia natural y de un alto sentido de lo que es y significa el comportamiento con los demás, con el prójimo más o menos cercano.

Jaume Sanahuja es un empresario que más allá de promover el crecimiento y la expansión de un Grupo como MGA, pilar sólido del juego en España, se preocupó desde muchos años atrás en fomentar las relaciones asociativas y los foros de opinión desde su óptica particular. Basada en la mesura, en la reflexión y en un sentido de la caballerosidad que ha venido prodigando a lo largo del tiempo como una de sus principales señas de identidad. Y eso, en la época en que andamos inmersos, son atributos personales que merecen reconocimiento.

En el juego, como sucede en el resto de actividades empresariales, se suele dar la cicatería llegado el momento de resaltar actuaciones o adjudicar méritos.  Y Jaume Sanahuja es una de ésas personalidades con las que pensamos que el sector está en deuda. Por sus etapas de dedicación asociativa desde puestos de la mayor responsabilidad; por su compromiso con MGA y su contribución al avance y configuración de los salones y por su pasión por el recreativo, ejercida con la máxima generosidad, y plasmada en ésa impagable realidad que es el museo por él promovido.

Junto a los rasgos enumerados, que le hacen acreedor a un homenaje, nosotros nos quedamos con la caballerosidad y las formas impecables de don Jaume, con ése su sentido del señorío que por no abundar en demasía hace que lo apreciemos y mucho en aquéllos como Jaume Sanahuja que han hecho de su ejercicio su razón de ser.