Hace cinco años nacía EXPOJOC. Y lo hacía con los temblores propios de las aventuras iniciáticas. Tomaba cuerpo merced al impulso y las inquietudes de José Ignacio Ferrer, cuya juventud ha sabido aunar psicología y periodismo al servicio de ideas y proyectos con aires frescos y gotas de originalidad. Parece que fue ayer cuando comenzó la andadura y ha transcurrido un lustro que ha hecho de EXPOJOC una manifestación del juego sólida, atractiva y merecedora de ocupar un lugar destacado en el calendario de eventos que anualmente sirven para dar enjundia y carácter al sector.
Lo hemos dejado escrito y no nos duele repetirnos: En EXPOJOC confluyen muchas vertientes de índole comercial y participativa, de análisis y debate, de experimento y búsqueda de horizontes renovados para el juego que han conferido al certamen una identidad definida, que trata de ir un poco más allá del mero escaparate, con la indiscutible importancia que éste tiene, para abrir las puertas a nuevas propuestas y planteamientos.
Y luego está el factor humano de EXPOJOC que José Ignacio procura tratarlo con esmero. Reuniendo en la atmósfera cálida de la feria a cerca de cuatrocientos asistentes en torno a una mesa. Una mesa propicia para celebrar el reencuentro con el amigo o a la forja de una relación fructífera. Una mesa para hacer de las palabras unos vehículos válidos para la confraternización, la alegría de vivir y el sentirse a gusto en un marco preparado para que así sea.
Y por último, nos queda Valencia, ciudad abierta que abraza al visitante con su luminosidad sorollesca y su dualidad de alicientes múltiples, que van de la historia y los monumentos a la modernidad diseñadora de futuros que son ya el presente. Esa Valencia que es ciudad de España con mayor capacidad para asombrar durante los últimos veinte años. Esa Valencia capital de hermosos contrastes donde te envuelve un manto de sensaciones aptas para que el espíritu cobre sensibilidad y aliento ante tanta belleza derramada.
EXPOJOC y Valencia os esperan. Son dos razones de peso para preparar la visita a una ciudad y una muestra que no os defraudarán. Y os darán motivos sobrados para pensar en un reencuentro feliz. Que ya está a la vuelta, en 2018.