Eusebio Cano González, buena gente, empresario de fuste y amigo que encuentras cuando lo buscas es la personificación del bingo en Baleares, su referencia y su saber hacer. Propietario del Teatro Balear que vivió con él las épocas de más alto esplendor sigue con el Bingo Rosales ofreciendo un testimonio de lo que el sector puede ofrecer para divertir y fidelizar al público. Para Eusebio el bingo es un universo con el que se siente plenamente identificado, del que conoce sus entretelas y sabe lo que demandan los usuarios. Por tan concluyentes razones en Baleares la proyección de la actividad ha girado a su alrededor y a partir de ahí se han marcado pautas para innovar y avanzar.
Mi relación con Eusebio viene de muchos años atrás. El tuvo claro desde los inicios de la actividad la importancia del asociacionismo como vía indicada para que el bingo fuera evolucionando y despojándose de corsés que impedían un funcionamiento normalizado sujeto a normativas donde la rigidez era, y en algunos casos continúa siendo, la nota predominante. Eusebio fue en su momento y en largas etapas un sostén destacado de CEJ y posteriormente se integró en FEJBA. En cualquier caso ha mantenido vivo su espíritu asociativo que en el terreno autonómico alcanzó protagonismo en ASBA para crear después AESBI.
He participado junto a Eusebio Cano de muchos encuentros y citas sectoriales a las que habitualmente no solía faltar. Y también he compartido con él mesa y mantel, confidencias y su buen gusto por la cocina que eleva la moral y satisface al paladar. Eusebio es maestro en saberle sacar punta al lado alegre de la vida, el que nos invita a vivir y sentir, el que nos reconforta de muchos sinsabores. Por éso los instantes que hemos compartido y celebrado merecen un brindis desde la distancia y el afecto. Y como dirían los taurinos: va por tí, amigo Eusebio.