Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

España al revés

31 de enero de 2025

No me negarán que España es un país la mar de cachondo. Si nos ceñimos al tema político de la hora actual estamos metidos de lleno en la astracanada, en el vodevil, en la utilización de la mentira como la moneda de uso corriente que no sólo no escandaliza sino que regocija y es jaleada con entusiasmo por parte de la ciudadanía. Nos gobiernan unos tipos, encabezados por un narciso que hoy dice una cosa y mañana la absolutamente contraria, que son meros papagayos publicitarios de las consignas que a diario se les transmiten. No existe el menor decoro en una clase dominante fulera, justita de formación y de cabeza que si por algo se distingue es por su altísimo grado de servidumbre y acatamiento hacia el dedo poderoso que la encumbró elevándola al rango ministerial.

En medio de un sainete de ésta naturaleza chusca y carente de gracia, donde acontecen los hechos más delirantes, ahora seremos testigos de otro acontecimiento social grotesco. Los sindicatos paniaguados por el gobierno que se autoproclama progresista anuncian una huelga. Este es uno de sus resortes para reivindicar mejoras sociales. Pero, agárrense que viene curva: la convocan contra la oposición, o sea lo nunca visto. Pretenden arremeter, invocando no sé que consignas, contra los que ni hacen las leyes, ni tienen arte ni parte en las funciones decisorias claves que marcan el rumbo de la nación. La cuadrilla de obreristas, de liberados del curro que viven de toma pan y moja, se levantan contra una oposición por el simple y decisivo hecho de ser de derechas, de representar a la fachosfera, de ser acreedora a un desgaste sistemático por el procedimiento que sea. Aquí todo vale.

Esta es la España al revés. La de un gobierno que desdeña a la oposición y prefiere pactar con los que subvirtieron el orden constitucional. Que recurre a la mentira como argumento cotidiano que cuela en buena parte de la opinión pública. Y como colofón, como guinda de un pastel elaborado con mimo lanza a los sindicatos subvencionados para erosionar a la derecha. La astracanada es tan hilarante como vergonzosa. Todo un descrédito político.