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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Empresarios de Cataluña más que hartos y aburridos

9 de enero de 2019

Tengo buenos amigos entre los empresarios catalanes del juego. Algunos amigos del alma junto a los que he visto clarear el día después de una noche de buena mesa, copas y confidencias. Empresarios catalanes de pura cepa, que aman a su tierra y ejercen como tales pero a lo que nada les impide sentirse también españoles y decirlo en voz alta. Sin temor al insulto o al menosprecio de los intransigentes. De los nacionalistas furibundos que hacen cumplido honor a su raíz aldeana, a su catetismo cavernario.

Estos empresarios del juego, que responden en su trabajo y actitudes al modelo del catalán emprendedor, con sentido de futuro y capaz de abrir brechas de progreso, están ahora más que hartos y aburridos. Hartos de sentirse metidos en ése callejón político sin salida del que nadie acierta a vislumbrar una posible solución. Y aburridos de la cantinela del “prosés”, que resulta tan machacón como insufrible, tan reiterativo como asfixiante.

Y mientras esto acontece, en Cataluña los empresarios del juego contemplan sus negocios estancados, regulatoriamente anquilosados y con nulas perspectivas de evolución. Una imagen a futuro muy negativa, muy poco esperanzadora como consecuencia de una gestión política en manos de un nacionalismo tan cerril como intolerante. Enfrascado en una quimera imposible.