Reconozco que soy un ingenuo, un alma cándida. Aposté a que se suprimiría el ministerio de Consumo por estar vacío de competencias, por haberse creado como una agencia de colocación más. Y de nuevo el presidente del gobierno, que no deja de sorprender e irritar, se ha sacado de la chistera el ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Consumo sigue pero como apéndice. También dijo Sánchez que adelgazaría los ministerios y se ha desmentido así mismo, cosa por otra parte nada extraña. Sigue con veintidós departamentos para dar cabida a miles de paniaguados, los únicos que le jalean y le dicen que guapo como él no hay ninguno.
Pasemos a lo de Consumo ahora convertido en triángulo ministerial. El titular nombrado es Pablo Bustinduy Amador. Licenciado en ciencias políticas como la mayoría de podemitas procede de dicha formación. Luego dió el salto a los de Errejón y se apuntó a Sumar. Y por último ya saben: le tocó el gordo en forma de ministerio.
A raíz del nombramiento los círculos del sector se plantean si el sustituto de Garzón saldrá príncipe o rana. Si la situación empeorará, que sólo faltaría, o pasaremos a un ciclo más suave, más llevadero. No soy augur ni entra en mi ánimo anticipar acontecimientos. La realidad es que los podemitas no suelen engañar. Transpiran ideología por todos sus poros con un tufo comunista que tira para atrás. Hacerse ilusiones está al alcance de todos, pero luego vienen los batacazos. Un ejemplo: Urtasum, al frente de Cultura, manifestó en su día que las "corridas de toros son un espectáculo sádico.” Como para pensar en subvenciones a la fiesta. ¿ Que hay que esperar de Pablo Bustinduy, el flamante sustituto ? Pues que lo que no procede es pedirle peras al olmo. ¿Me explico…?