El «Microbio Blanco» es el título de una novela cuyo autor es el doctor Juan C. Ferrer. Por si no han caído en la cuenta les aclaro que se trata de uno de mis hijos. Por afinidad paternal no es cuestión de recomendarles la compra del libro, pues pensarán que estoy cegado por la pasión filial. Lo que no me impide comentar que estoy hablando de un relato sólido, de lenguaje cuidado, que se adentra en el universo sanitario con crudeza y realismo y que hace del amor y el sexo un diagnóstico donde subyace el escepticismo. Un escepticismo que viene a ser uno de los rasgos esenciales, según mi criterio, del protagonista de la historia, que, por otra parte, hace un canto encendido a la amistad de buena ley. No adelanto más datos sobre la novela por si les pica la curiosidad y se deciden adquirirla. Lazos sanguíneos al margen les anticipo que no se sentirán defraudados. Palabra de lector experimentado.
Inicié mi trayectoria periodística bebiendo de los grandes que escribían haciendo del oficio pura literatura. Hablo de mi ídolo juvenil, González Ruano, al que dediqué mi primer artículo en prensa con motivo de su fallecimiento. Y de García Serrano, López Sancho, Cándido, Ombuena y tantos otros que me enseñaron y marcaron a la hora de expresar mis ideas. Gané algún que otro premio por ciertos artículos y hubieron lectores que me animaron encarecidamente a que me metiera en el campo de la novela. No me consideraba con imaginación suficiente para acometer un proyecto de ésa envergadura. Y además era preso de otras urgencias que me hicieron tirar por el camino de lo más fácil y rentable.
Cuento esto por el hecho de que lo que fui incapaz de acometer lo ha llevado a cabo con minuciosidad artesana y paciencia de orfebre, con una lengua culta y heredera de infinidad de lecturas, Juan C. Ferrer, un autor al que no se observan hechuras de principiante. Su armazón argumentario es propio de un escritor que sabe aderezar lo que cuenta con profusión de ideas y matices. Y no quiero extenderme más. Sólo decir que «El Microbio Blanco» es orgullo de padre. Algo que me reconforta en lo más íntimo. Hoy la presentación en el FNAC, nos vemos.