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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

El marketing humano

26 de mayo de 2025

Publicaba Jalila Marhouil, del Casino Atlantic Agadir, de CIRSA, un artículo muy interesante en nuestras páginas. Hablaba de la mano ganadora del marketing humano. Su reflexión consistía en describir que el factor de éxito en los casinos o salas de juegos no estribaba en las promociones, dando por hecho que pueden contribuir a la dinamización de los negocios. La autoría ponía especial énfasis en fomentar el marketing humano como factor clave para contribuir a éso tan difícil que es fidelizar a los clientes que acuden a los establecimientos del sector.

Daba de lleno en la diana Jalila al señalar que hay que conferir temperatura humana en el marco de las relaciones entre el público que frecuenta los casinos y salones y los profesionales que prestan sus servicios. Y para ello es preciso extremar los detalles, mantener un trato solícito hacia el cliente, estar pendiente de sus deseos y procurar atenderlo con la máxima diligencia y amabilidad. Una palabra, un gesto, un saber anticiparse a las peticiones es en muchos casas un ejercicio de sapiencia profesional que deparará óptimos frutos a la casa como consecuencia de haber acertado al ganarse el aprecio del usuario.

Hostelería trata de infundir por todos los medios a su alcance los valores de carácter humano en los profesionales que atienden las diferentes parcelas del negocio. Conscientes que de su gestión depende en buena parte el crecimiento o no de la empresa. Lo que está fuera de toda duda es que conseguir que un cliente se encuentre en un local casi como en su propia casa es una invitación segura a que repita en una próxima visita.

Esto tiene que hacerse cada vez más ostensible en el juego. Aparte de experimentar la emoción que depara la bolita de la suerte o la carta del triunfo aquéllos que suelen frecuentar las salas de juego aprecian y mucho ser recibidos con una sonrisa que transmite empatía. Y sentirse felizmente acomodados en un ambiente amable, en el que su personal participa de manera natural de ése don de la amabilidad que tantas veces se echa de menos y que es crucial para lograr que la estancia sea grata. Luego está lo de sorprender con un gesto solícito o un detalle en el momento preciso. Ahí se tocan las fibras sensibles, si las hay claro, y la partida se decanta a favor de la casa. Crucial por tanto lo del marketing humano. Y por descontado que muy provechoso.