Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

El juego como suspicacia

16 de octubre de 2023

En más de una ocasión me ha sucedido. Al preguntarme y ¿usted a que se dedica ?, y responder: edito una revista del juego, la extrañeza se ha dibujado en el semblante de mi interlocutor. Un gesto de perplejidad y de sorpresa es lo que han merecido mis palabras. Y pienso por mí cuenta: ¿ es que la industria del juego no puede contar con publicaciones que informen o den noticias puntuales sobre el desarrollo y los distintos negocios que se dedican a las prácticas de azar ? Nadie parece sorprenderse y mucho menos escandalizarse cuando se hace referencia a revistas del sector bancario, vinícola, turístico, hostelero, literario, agrícola o ganadero por citar unos pocos ejemplos. Hasta aquí todo entra de lleno en el terreno de la normalidad, de lo socialmente aceptable. ¿ Lo de una revista del juego mueve por el contrario a la reticencia, a la sospecha más o menos declarada abiertamente, a la incredulidad ?

¿ Que razones avalan la existencia de estas suspicacias ? Diría que son idénticas a las que persisten en relación con los empresarios del sector, que en ocasiones da la impresión de que pertenecen a un escalón inferior a los que militan en el resto de las industrias. Y es que sobre el juego en términos generales, y a pesar de los ligeros avances sociales registrados en materia de catalogación, siguen primando los viejos clichés que hacen de la actividad algo turbio y desechable. La adicción de un segmento muy minoritario de la ciudadanía sirve de coartada para estimular y si cabe acrecentar el malditismo que pesa sobre el juego y lo descalifica y que encuentra en sus estampas cinematográficas, tan tópicas como recurrentes, una prueba de legitimación. Manifiestamente exagerada pero que sirve para alimentar la creencia popular.

Leyendas de ésta naturaleza, alimentadas a través del tiempo por los medios informativos, e incluso sobredimensionadas en cuanto al índice de peligrosidad social, son las que logran que la sola declaración de la palabra juego entrañe, como primera reacción, un cierto grado de reserva mental por parte de quién la oye. Algo a lo que me he venido acostumbrando tras cerca de medio siglo de escribir sobre el particular y editar una revista. Tan honesta o trasparente como la del cualquier otro sector. Y si me apuran, a lo mejor más. Por presumir que no quede.