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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

El Congreso de CyL, un nuevo reto

25 de abril de 2022

Hace dieciocho años, siendo consejero de Presidencia de la Junta de Castilla y León Alfonso Fernández Mañueco, que contó con la participación imprescindible de Luis Miguel González Gago, se hizo realidad un Congreso de Juego en aquéllas tierras. Una idea feliz, asumida con muchos bemoles por la Administración, que no tuvo complejos, ni prejuicios para alentar una iniciativa con el juego privado de protagonista. Por descontado que las asociaciones empresariales estuvieron ahí aportando propuestas, entusiasmo y dinero y en ésa función desempeñó un papel destacado José Ballesteros sin olvidar el trabajo técnico desarrollado por Jesús Serrano. Aquello, que daba la impresión de ser una iniciativa de carácter regional sorprendió por su alcance nacional y se convirtió, a lo largo de sucesivas ediciones que sumaron 16, en un éxito redondo que dio prestigio a la Junta, por una organización impecable en todas sus convocatorias, a los empresarios y al juego en general.

Han transcurrido más de dos años del último Congreso. Y se han producido muchos cambios, entre ellos el estreno de una nueva Junta de Castilla y León presidida por Fernández Mañueco, el mismo político que abanderó y llevó adelante el proyecto del Congreso. Hay un nuevo consejero de Presidencia, Jesús Julio Carnero, cuyas gestiones en otro departamento del anterior gobierno han sido muy valoradas, que no ha hecho más que tomar posesión del cargo y al que es prematuro pedir que se ocupe de éste asunto.

Por mi cuenta pienso que la consejería de Presidencia tiene delante un reto importante. Restablecer unas relaciones con los empresarios que en los últimos tiempos no han discurrido por los caminos del diálogo y el entendimiento, con un responsable de juego que no ha sabido conectar con sus interlocutores, ni ha prestado ninguna ayuda en los momentos más difíciles de la pandemia. Normalizado éste asunto se impone afrontar el nuevo reto de un 17 Congreso que continúe dando lustre, distinción y notoriedad a la Junta, sus entidades y a los empresarios de ésas tierras portentosas que configuran el paisaje único de Castilla y León. Que así sea.