Francisco Javier Franch Cardona, un grande del bingo catalán y español, es para mí el «Capi», sobrenombre que él también me adjudica a mí. Son cosas de una amistad larga y de la buena, en la que hemos compartido no pocos avatares y jornadas de vino y rosas. Venimos de una relación de casi medio siglo, que ha dado para confidencias íntimas, afectos recíprocos y coincidencias sabrosas llegado el momento supremo de compartir los grandes y pequeños placeres de una mesa bien surtida.
El «Capi» Franch es por galones uno de los nombres con historia dentro del bingo. Fue de los que inició la aventura de AEJEA. Se convirtió en miembro fundador y presidente en la primera etapa de funcionamiento. Con posterioridad y al cabo del tiempo volvió a coger el timón de la asociación catalana siendo el mandatario que más años ha estado al frente de la misma, en la que todavía sigue pero ocupando un segundo plano por propia voluntad.
Franch pilotó la CEJ y EUBINGO y en ambos cometidos dejó constancia de su capacidad para la interlocución serena y reflexiva, para crear equipos y para conducir al sector por las sendas de la seriedad y la voluntad de diálogo. Ha procurado, en su quehacer asociativo denso y fructífero, utilizar la vía de la concordia sin que ello supusiera abdicar de un sentido firme cuando la ocasión así lo ha demandado. Su vocación asociativa ha ido pareja con un sentido unitario muy arraigado y del que ha procurado hacer una defensa entusiasta y responsable tanto en CEJ como en AEJEA. Su dilatada e intensa dedicación al sector respaldaron la iniciativa de CEJ de nombrarlo directivo de honor de la patronal. Se lo ha ganado a pulso.
El «Capi” Franch asume la cordialidad como una regla de oro de sus relaciones sociales y amistosas. Coincidimos en lo emocional, aspecto en el que suelen aflorarle con frecuencia un caudal de afectos y vivencias que logran conmoverle. Sobre todo en una etapa, que comparto con él, en la que las páginas de la vida van cayendo de manera inexorable y nos invitan a girar la vista atrás. En busca de un pasado cargado de recuerdos entre los que tengo muchos compartidos con Franch. El «Capi», amigo del alma y gran amigo.