Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Echando gasolina al fuego

29 de octubre de 2018

Las asociaciones de ludópatas rehabilitados ejercen sus funciones y reciben por ello sus apoyos. Algunos de sus dirigentes se han perpetuado en sus cargos y han hecho de este cometido su modus vivendi. No obstante su labor es necesaria en la medida que contribuya a liberar de sus adicciones perniciosas a los que cayeron en las redes de la ludopatía, sobre cuyos estragos hay que concienciar y alejar a los colectivos mas vulnerables mediante un ejercicio de responsabilidad. Que lleva tiempo desplegándose y alertando a la opinión pública y que promete intensificarse.

Lo que sucede es que en ocasiones, quizás mas de las debidas, quienes encabezan asociativamente la lucha contra la ludopatía caen con frecuencia, por exceso de celo o por claro interés de signo retorcido, en la desmesura del problema que da pábulo al escándalo. Echan gasolina al fuego, incendian con sus alarmas los asuntos del juego y, aprovechando la coyuntura, pasan por caja para recibir ayudas o subvenciones.

Que se magnifican hasta la náusea estas cuestiones lo acredita el que en Castilla y León la federación de ludópatas solicita la elaboración de planes, protocolos y campañas destinados a la prevención de las adicciones al juego, además de otra serie de medidas en idéntico sentido.

Al hilo de estos planteamientos, el factor escándalo está servido. Y de verdad de la buena no creo yo que el porcentaje de adicciones en Castilla y León sea tan extraordinario, tan extremadamente preocupante, como para encender la mecha de la alarma social. Jugar al azuzamiento del alboroto social no es bueno, ni recomendable. Salvo para los que sacan tajada de la acción.