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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

De aquí no se mueve nadie

12 de mayo de 2017

Pienso que algo tendrá el sector cuando de aquí no se mueve nadie. Ni la crisis que acabó con tantas empresas y puestos de trabajo, ni los cambios estructurales que se están produciendo a todos los niveles consiguen que la gente que vive del juego deserte de él. De aquí no hay quién salga por voluntad propia aunque los echen a cajas destempladas. Quién llega planta sus raíces y entona aquello del “no nos moverán…”

Hay tipos que desembarcan en el sector con unas ínfulas de no quieras saber. Profesionales que se autoproclaman figuras de todo lo que te atrevas a plantear. Son expertos en esto, aquello y lo otro y les sobra ciencia y conocimiento para darte un repaso y lecciones a fondo si te descuidas. Escuchándolos en ocasiones te da la impresión de estar frente a personajes que pretenden ser una mezcla de Platón y Chiquito de la Calzada. Hasta ahí y un poquito más llega su grado de autoestima, que por descontado rebasa cualquier panel de puntuación.

Muchos, o algunos de éstos personajes, llegan al sector en plan de favor. Condescienden a integrarse en un ámbito que se queda muy estrecho para la utilización de sus grandes caudales de sapiencia. Y son de los que suelen mostrarse proclives a prodigar un cierto desdén con los que le rodean Su altura les hace mirar al resto como un tanto disminuidos. De tamaño e intelecto.

Cuando semejantes individuos, con su aureola de figuras a cuestas, pegan el petardazo en las empresas donde trabajan, y los ha habido muy sonados, sería lógico pensar, dado su curriculum, que les llueven las propuestas de otros ámbitos empresariales. Pues casi siempre nos equivocamos: resulta que no. Que éstos fuera de serie, siempre presuntos, dan vueltas y más vueltas. Pegan un lametazo aquí y enredan con un chisme allá. Comercian con la información que debería ser confidencial y se quedan en el juego. Y lo hacen sin perder un miligramo de arrogancia, con la autoestima por las nubes y ejerciendo sin empachos de cátedros de lo que se presente. Lo dicho: de aquí no se mueve nadie y éstos tíos son los intocables. Pobrecito sector que soporta tanta mercancía averiada.