El juego sigue incrementando su capacidad para dar empleo. Las empresas no sólo apuestan por aumentar sus dotaciones de personal sino que lo hacen demandando cada vez mayores exigencias respecto a la cualificación de los contratados. La tendencia indica que se va hacia una progresiva especialización de los recursos humanos de la industria, que hay una búsqueda de mejora, un rastreo del talento para ponerlo al servicio de unos objetivos más ambiciosos.
No traten de encontrar mención alguna sobre éstos datos en los medios generalistas. Que sí se hacen eco de ellos cuando afecta a otros sectores de la economía. El juego en éstos canales informativos está para lo que está: airear escándalos inflados a la carta, hacer caer sobre la actividad todos los anatemas y azuzar a la sociedad contra el juego, aún a costa de recurrir a la manipulación más grosera.
Esta situación no debe en modo alguno frenar el propósito de la industria a la hora de potenciar sus recursos humanos, de fichar profesionales bien equipados de conocimientos. Porque dando empleo, y empleo que aporte calidad a la empresa y sus servicios, se estará llevando a cabo la mejor de las conquistas: que no es otra que alcanzar la máxima satisfacción del usuario.