He querido malgasta un poco de tiempo visionando el programa de TeleMadrid Crónicas Subterráneas dedicado al juego. Por lo visto pienso que existe un equívoco en su título: debería llamarse Crónicas de las Cloacas, por la cantidad de inmundicias, de mierda para ser más precisos, que discurrió a lo largo de un reportaje absolutamente infectado por la tendenciosidad y el propósito deliberado de hacer del tema objeto de exposición motivo de escándalo mediante el tremendismo informativo.
No hay que sorprenderse ante el contenido manifiestamente nauseabundo en muchos aspectos del programa. Ni por la parcialidad abyecta que tuvo desde el minuto uno. Esta es, desgraciadamente, la mercancía televisiva que venden la inmensa mayoría de las cadenas de nuestro país y goza de la máxima audiencia. Una mercancía hecha a base de alboroto, de descalificaciones, de propuestas soliviantadoras destinadas a enardecer a los espectadores. No importa a costa de lo que sea, porque el objetivo es claro: incendiar la pantalla. Saltándose a la torera la ponderación y el rigor periodístico.
Este modelo televisivo está contribuyendo y mucho al envenenamiento de la vida nacional en todos los ámbitos: político, social y cultural. Y el dedicado al juego es una muestra más de la porquería televisiva que se sirve a los hogares españoles.
Para finalizar alabar la gallardía y el temple de Luis Miguel Cabeza de Vaca al que dejaron sólo ante la jauría. Y respecto a la ley del silencio sectorial que cada cual extraiga sus propias conclusiones.