Esta trata de ser una visión objetiva de cómo estan a día de hoy los principales medios informativos españoles: La cadena de radio con más oyentes es el altavoz del gobierno, al que jalea sin darse respiro al tiempo que sacude de lo lindo a la derecha venga o no a cuento. La presunta Televisión Española, o sea la que apoquinamos todos, es la caja de resonancias del sanchismo y sus acólitos a los que trata con exquisitez manifiesta. Las otras cuatro grandes cadenas no tienen rubor alguno en maquillar al presidente y ensalzar su figura de guapo y alto al tiempo que ponen al rojo vivo a la oposición de la que se rechiflan con descaro. En cuanto al periódico global que dirige la radiofonista con decir que se ha convertido en el boletín oficial de la Moncloa y que está rebasando todas las fronteras de la manipulación y el sectarismo está todo dicho.
Todo éste cuadro político , pintado con brocha fina, se complementa con los grandes empresarios, los del puro encendido, rindiendo pleitesía a don Pedro, aplaudiendo sus sermones, dominicales o de diario, y dando la cabezada por pura cobardía ante lo que puede venir.
Si el panorama descrito responde a una realidad incontestable. ¿ Donde está la conspiración que denuncia el presidente de los poderes económicos ocultos y sus medios afines? ¿ De que medios hablan si la mayoría le masajea sin sentir el menor sonrojo? Igual se refiere el presidente a las hojas parroquiales, los boletines de las asociaciones de vecinos (no, ésos no, que son rojeras) o vaya usted a saber.
La conclusión es que don Pedro nos ha puesto delante una conspiración de tebeo, de Zipi y Zape o Mortadelo y Filemón. Y lo tremendo del asunto es que el tío ha largado la historieta sin caersele la cara de vergüenza. Algo imposible por tenerla de cemento y a prueba de golpes.