Con los brazos abiertos recibe Valencia, ciudad hospitalaria y alegre, a sus visitantes. Y les regala la sonrisa de su sol, la belleza de los monumentos, el embrujo del mar y los secretos por descubrir de una urbe mediterránea y hedonista con valores y placeres para ver y saborear. Las fechas para darse un garbeo por Valencia son idóneas: la primavera estalla en las cuatro esquinas de la ciudad y la viste de novia radiante para conquistar al forastero.
Y con ésta postal como anuncio de lo que está por venir se prepara la gran fiesta del juego que tiene Valencia por escenario. Una fiesta abierta también a la confraternización sectorial y a fijar metas de avance que dejan constancia plena de la madurez y la proyección que la industria del juego ha ido adquiriendo y superando hasta en las etapas más difíciles. Una industria apoyada con firmeza por fabricantes y operadores que ha sido capaz de sortear obstáculos y superar dificultades merced al empuje y la pasión de los empresarios que la impulsan y sustentan y de su apuesta por despejar caminos hacia un futuro mejor y más prometedor para todos.