En mi época de juventud estaban en boga el Trio Calaveras y el Trio Los Panchos. Unos les daban a las rancheras y los otros al bolero. De éstos últimos recuerdo «Alma, corazón y vida», una canción muy melosa que te endulzaba el corazón sobre todo si sentías cerca la mirada perturbadora de una muchacha en flor. Son estampas de un pasado que sigue presente en la plaza mayor de la memoria.
El bingo también conoció un trio que supo cantar e interpretar las disposiciones del bingo que regulaban al sector en su etapa inicial. Fueron Juan José Sánchez Colilla, que se batía el cobre con las leyes en la mano en Castilla La Mancha; Rafael Domínguez, que despejaba dudas jurídicas en Andalucía y Jesús Serrano, que pronto se vió inmerso en duras batallas legales en Castilla y León. Los tres coincidieron en la CEJ cuando la patronal del bingo era una e indivisible. Y allí se empaparon muy a fondo de los vericuetos reglamentarios que afectaban a la actividad, coordinaron acciones de asesoramiento y se convirtieron en un trío solvente profesionalmente hablando puesto al servicio de los intereses empresariales. Formaron hasta un despacho triangular que dio juego.
Andando el tiempo Colilla y Domínguez siguieron en la patronal y Serrano emigró a FEJBA, patronal de nuevo cuño. No obstante continuaron manteniendo intactos sus lazos de amistad y buen rollo, participando dos de ellos en negocios comunes. Y ahora el trío ha vuelto a sus orígenes en CEJ merced a la vista larga de Fernando Luis Henar que invitó a Serrano para que regresara a la Confederación.
Otra vez cantando bingo, otra vez formando un trio sólido y bien armado en lo reglamentario y lo laboral, sabiendo dialogar con los sindicatos y midiéndose cara a cara con los reguladores, Colilla, Domínguez y Serrano aportan veteranía, lucidez jurídica y recursos suficientes para seguir fortaleciendo la estructura profesional de CEJ y sus funciones como gran patronal del bingo español. Ya lo saben: volvió el trío de juristas convertido ya en un clásico del sector y no está de más entonar las notas de un bolero de ayer que habla de un reencuentro feliz en el marco de un paisaje familiar. ! Han cantado bingo ! Y sea por muchos años.
