Lo confieso: me da mucha pereza insistir sobre éste tema. Lo de la hidrofobia de la izquierda en general hacia el juego es patológico. Salta a la menor oportunidad y se manifiesta la mayoría de las veces sin argumentos sólidos. Es ir contra el juego por estrategia política, por catecismo demagógico, por oportunismo populista.
Lo último registrado es la condena que el sindicato CCOO hace del proyecto de Hard Rock para Tarragona, que prevé 2 hoteles, un casino y varias tiendas. Me apresuro de antemano a dejar clara mi postura: suelo desconfiar de la viabilidad de éstos macroproyectos, tan sazonados de fantasía como fallidos en numerosas ocasiones.
Dicho esto no resulta aceptable que cuando el proyecto de Hard Rock está todavía en mantillas salga CCOO armando bulla para descalificarlo y asegurar que los puestos de trabajo que se brindan a través del mismo ni serán estables ni tendrán calidad. ¿Son acaso pitonisos los del sindicato?. ¿Mucho antes de que el proyecto tome cuerpo ya poseen información fidedigna para asegurar que el empleo será una mierda?.
La hidrofobia de la izquierda radical, y de la otra más suave también, al juego no sólo es cansina sino que está muy desacreditada. Por lo apolillado de su lenguaje, por el cinismo social que entraña y por las evidentes ganas de armar ruido. La conclusión es que en un país con el paro que desgraciadamente sigue arrastrando España un sindicato no puede descolgarse antes de hora cuestionando la calidad de un empleo que esta por ver. Eso se llama cretinismo y anteponer su credo populista a la función única de un sindicato que es apoyo al trabajo. Ya tenemos la radiografía de CCOO más preocupado por la política que por lo laboral. No es extraño que se queden en cuadro.