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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Bingo con futuro

10 de marzo de 2025

El Informe Anual del Juego de la Comunidad Valenciana se refiere al ejercicio 2023. La Generalitat no se distingue precisamente por su celeridad al hacer inventario de lo acontecido en el sector. Paso a recordar que estamos en 2025. Al margen de éste detalle el dato que sobresale en lo concerniente al bingo radica en como se repartió el pastel entre el bingo tradicional y el electrónico. Y los porcentajes demuestran que las distancias se están estrechando y que todo apunta a que el electrónico va dando dentelladas, cada vez más profundas, al tachón de los cartones físicos.

Al electrónico jugaron un 45% de los asistentes a las salas y un 55% al tradicional. Hablamos de 2023, lo que presupone pensar que el pasado año éstos porcentajes aumentaron a favor del electrónico. No es de extrañar para nada esta transformación del hábito de juego por los clientes que encuentran en el bingo su espacio de diversión y su círculo de socialización.

Es algo que se veía venir y que se irá acelerando en la medida en la que las salas van acogiendo a una tipología de cliente más joven y más en línea con las propuestas derivadas de las nuevas tecnologías. Este proceso, tanto en el sector como en otros ámbitos de la vida cotidiana, resulta imparable por mucho que choque con la oposición de personas cuya edad avanzada no les invita, en muchos casos, a modificar sus pautas de comportamiento en cualquier situación o circunstancia.

El bingo con futuro es electrónico. No hay otra fórmula válida para subsistir en un mercado del juego cada día con mayor oferta, más plural y más en consonancia con propuestas innovadoras apoyadas en una tecnología puntera.

Como todo evoluciona a velocidad de vértigo, las cabezas pensantes del electrónico, o sea los creadores del producto, tendrán que exprimirse las entendederas para avanzar en su campo, para reforzar los alicientes de la modalidad y garantizar un futuro con parroquia fiel y entretenida. Me consta que están en ello.