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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Barberá, sin placa y muy presente

31 de enero de 2022

José Barberá Armelles ( Don Pepe en su firma periodística ), me abrió las puertas del vespertino Jornada, un diario en el que estuvo muchos años al mando. Posteriormente lo tuve como director en Levante y allí pude comprobar su grado de humanidad, su propensión natural para salir en ayuda de sus subordinados cuando intuía un problema o atendía una petición. En mi caso le pedí un favor personal por el que tenía interés perentorio y no me falló. Le expresé mi gratitud que conservo intacta. En la época que cito coincidí en Levante con su hija Rita, que hacía la información de tribunales que alternaba con su trabajo en la SER y que era ya un torrente de vitalidad, genio y juventud avasalladora. Lo del liderazgo político vino después, accediendo a la alcaldía de Valencia que ocupó por espacio de veinticuatro años, arrasando por mayoría en las elecciones y haciendo de la ciudad una urbe de expansión radiante, moderna y digna de ser vivida y admirada. Fue, sin duda, la figura de mayor relieve municipal en la Valencia del siglo XX.

Cuento esto al enterarme de que el Ayuntamiento que preside el comunista Joan Ribó ( Compromís ), el de la plaza del Ayuntamiento con tintes progresistas plagado de tenderetes de bragas y sostenes, retiró de la Lonja una placa con el nombre de Rita Barberá, que fue vandalizada en 2017 nos imaginamos por quienes, aduciendo que se “trata de propaganda política” y ellos son contrarios a dichos testimonios.

Compromís, la izquierda comunista que no deja de ejercer como tal contando con el beneplácito socialista, da una prueba más de ése destilar un odio permanente hacia el tildado como enemigo, un afán revanchista desprovisto de toda ética y asquerosamente sectario, una voluntad de herir, derribar y hacer daño por el simple hecho de no compartir su pensamiento ni plegarse a su dogmatismo. Le quitarán la placa pero Rita Barberá será memoria brillante de Valencia, por los siglos de los siglos. Ribó no será ni el recuerdo de una desgracia municipal.