El bingo de Madrid es ahora mismo ASEJU. Es la referencia, el eje sobre el que gravita la actualidad del sector, su problemática y sus aspiraciones. Y conviene dejar sentado que éste proceso de consolidación asociativa ni ha sido fácil ni ha estado exenta de muchas dificultades. ASEJU es un ejemplo de resistencia, de confianza en su propia fuerza, de fidelidad a una trayectoria de la que nunca se apeó aún en los momentos más comprometidos.
La historia de ASEJU me la conozco bastante bien. La que se puede contar y la que queda sepultada en el baúl de los recuerdos. Al comienzo de la legalización del juego adquirió dimensión nacional aglutinando en su seno a empresarios de otros territorios. Andando el tiempo surgió la escisión provocada desde dentro y con posterioridad llegaron a funcionar en la Comunidad hasta cuatro asociaciones algunas de carácter unipersonal y otra formada por dos empresas. ASEJU resistió la tarascada, la pérdida de afiliados y la consiguiente crisis económica que ponía en riesgo el mantenimiento de su estructura. Y tuvo capacidad de aguante, peleó por mantenerse a flote y al final de una etapa no exenta de dureza cogió la bandera de la representatividad comunitaria en defensa del bingo de Madrid. Esta es, en resumen, su peripecia y su mérito asociativo que no es poco si nos atenemos a los avatares que fueron surgiendo.
ASEJU encara la celebración de su XLVII asamblea general ordinaria con la satisfacción propia de una entidad con larga y acreditada trayectoria que lleva funcionando por espacio de 46 años. Casi medio siglo ya de trabajo intenso hasta adquirir un protagonismo asociativo que nadie puede discutir ni poner en tela de juicio.
En ésta dilatada travesía hay dos nombres claves: José Luis de Pedro Videgain, presidente que afrontó con tenacidad no pocos intentos dinamitadores y siguió adelante, ahora con su hijo José Luis al frente, y José Luis Merino, asesor, gerente y pieza esencial a pesar de su juventud de ASEJU a la que ha aportado, mediante un trabajo concienzudo, estabilidad, pujanza y liderazgo. Esta es la verdad del relato.
