Hubo un tiempo que en Madrid funcionaron hasta cuatro asociaciones empresariales de bingo. Una de ellas tenía carácter individual y la otra la formaban dos únicas empresas. Con anterioridad a éste panorama acaeció la escisión de ASEJU mediante la constitución de OMEGA, que dividió en dos bloques fuertemente enfrentados al bingo de la Comunidad y provocó polémicas y choques de intereses que se prolongaron durante bastante tiempo. De aquélla situación fui testigo privilegiado y notario periodístico de los acontecimientos que se iban produciendo, que procuré tratar con la mejor predisposición y mayor dosis de ecuanimidad dado que tenía amigos, de los fetén, algunos cuyo afecto continúo manteniendo, en ambas entidades asociativas.
El tiempo ha ido transcurriendo y las aguas a del bingo de Madrid han vuelto a su cauce primitivo. ASEJU es hoy asociativamente hablando la entidad que representa los intereses del sector en la Comunidad. Este es un dato objetivo que conviene subrayar por mucho que subsistan, en mera teoría, otras entidades que se encuentran en estado de pura hibernación, o sea sin desarrollar ninguna actividad.
Que ASEJU sea hoy el faro del bingo madrileño no ha resultado tarea fácil ni de un día. Hay de por medio una trayectoria de trabajo, de tenacidad y de voluntad de supervivencia. Que no estuvo exenta de múltiples dificultades que se fueron soslayando a base de mantener una fidelidad férrea a unas pautas de comportamiento que han hecho posible la reafirmación de ASEJU como elemento integrador del sector y protagonista en su función de interlocutor de la actividad frente a los organismos públicos.
La consolidación de ASEJU como referente en Madrid indica que las cosas han procurado hacerse bien. Y en ésta tarea hay dos nombres esenciales. El de José Luis de Pedro Videgain, el presidente que más tiempo permaneció en el cargo y que más trabajó por la unidad, y el de José Luis Merino, un secretario general con conocimientos y capacidad de diálogo suficiente para contribuir a que el espíritu integrador del bingo sea una realidad tangible y positiva. Esta es la historia de un ciclo asociativo nunca huérfano de tensiones que en la actualidad está en fase de calma. Afortunadamente claro.