Hace unos días regresaba de Eslovenia y antes de finalizar el viaje en Murcia recaló en Valencia por razones de trabajo. Esta con las maletas preparadas para acudir a la feria de Londres y de ahí emprenderá otro recorrido de carácter comercial. Y así un año y el siguiente dándose poco respiro y oteando el horizonte para percatarse de los giros del mercado y del encaje de los productos de última creación.
El espíritu inquieto de Antonio Martínez Alcázar le hace permanecer en estado de alerta en todo tiempo y lugar. Vive por y para el juego, conoce muy a fondo sus entresijos por el hecho de haberlos gestionado profesionalmente durante muchísimos años y mantiene intacto el sentido de la curiosidad, que le invita al análisis de los productos y a la medición de hasta que punto se ajustan a las demandas actuales de los jugadores.
Posee Antonio Martínez Alcázar una tenacidad rocosa que le ha permitido salir indemne de algún que otro encontronazo, a los que ha sabido sobreponerse con la convicción propia de quién muestra fe en sus propias posibilidades y es consciente de que, aun en las circunstancias más complicadas, se puede remar contra corriente cuando se cuenta con ideas, voluntad de trabajo y experiencia más que demostrada.
Desde la perspectiva personal puedo decir que Antonio es fiel a sus compromisos y hace honor a su palabra. Lo digo por haberlo experimentado en mi caso de una manera fehaciente. Y ése ser consecuente con lo que se dice y se hace, en los tiempos que corren, hay que valorarlo y reconocerlo.
Máquinas, ruletas, casinos son universos peculiares que forman parte sustancial de la trayectoria profesional y empresarial de Antonio Martínez Alcázar. Con un bagaje como el suyo, unos conocimientos muy amplios del terreno que pisa y verdaderas ganas de trabajar se conquistan metas y se alcanzan objetivos. Y en ello anda siempre metido Antonio.