A la gente le encanta la bulla de la calle, el griterío, la pancarta, el jugar al victimismo o ejercitarse en el insulto. Todo vale en la algarada callejera y lo que menos importa, en ocasiones, es el trasfondo de la convocatoria para manifestarse públicamente. La gente no cae en la cuenta de que en muchas ocasiones es objeto de manipulación grosera, de inducción a la protesta con fines oscuros y que responden a los intereses de aquéllos que manejan a su antojo el cotarro de la explosión callejera.
Sólo mediante la planificación de éstas actuaciones teledirigidas que responden a intereses espúreos se entiende la convocatoria en Murcia de invitar al personal a salir a la calle contra la existencia de salones y casas de apuestas cuando se ha demostrado que allí ha habido cero incidencias en la entrada de menores a éstos locales. ¿Si de esto se da fe a que viene lo de la manifestación para protestar sobre el juego en general porque sí ?
Esta es una muestra más de la ofensiva emprendida contra el juego. No importa otra cosa que la algarada, el armar ruido, el tirar basura, el excitar al personal y sacarle su lado levantisco para demonizar al sector. No importa que sea a costa de medias verdades, mentiras o tergiversaciones. Aquí todo vale. Y a la calle porque sí. Sin ni siquiera preguntar por los motivos.
