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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Valencia no canta bingo

9 de septiembre de 2025

Y no lo hace, con el volumen de ventas anterior a la pandemia, por que la esperada recuperación no se ha producido. No se remonta el vuelo económico y las perspectivas apuntan que no habrá cambio de escenario hasta que no se apliquen medidas incentivadoras.

El consell que preside Mazón se encontró hace un año con la terrible tragedia de la dana. Que por descontado también representó un durísimo golpe para el sector en general. A partir de ahí el ejecutivo valenciano viene centrando sus políticas en tratar de reparar los tremendos daños causados por la riada. Es una tarea ingente que exige compromiso firme y máxima eficacia en las actuaciones. En éste sentido todos los esfuerzos y ayudas son pocos y el gobierno autonómico tiene que intensificar sus programas de asistencia social.

Dicho ésto el juego privado en general, y el bingo en el caso que nos ocupa, demanda con urgencia que se pase de las palabras a los hechos. No bastan las buenas palabras, las promesas de lo que se pretende hacer y no se materializa. Los datos son elocuentes. En el primer trimestre del año en curso la venta de cartones descendió más de un 2% en la Comunidad. Significa que el sector continúa en caída libre y está lejos de alcanzar los porcentajes de ventas que aseguren la estabilidad de las salas.

¿ Cuanto tiempo se viene hablando aquí del Electrónico de Sala ? Son años transcurridos desde que se planteara a la Generalitat la necesidad imperiosa de implantar la modalidad. Y nunca hasta la fecha se ha pasado del buenismo de la Administración, del lo estudiaremos y del tomamos nota. En definitiva pretextos para continuar con una situación que no puede prolongarse.

Sí, sabemos que está la fiscalidad de por medio y el consell arrastra serios problemas económicos. Pero en modo alguno ésa circunstancia puede convertirse en parapeto permanente que impida al bingo alcanzar un estado de cierta normalidad económica. La que se le viene negando con pretextos y más pretextos. Es hora de darle la vuelta a la tortilla y solventar los graves desequilibrios que lastran la economía de las salas. El asunto, señores míos, no admite dilaciones. Hay que actuar y ya.