El sector del juego tiene mucho de endogámico. Hay mucha empresa familiar que se ha ido transmitiendo el testigo a través de dos o tres generaciones. Ejemplos para citar los tenemos en abundancia y van desde los grandes grupos a las pequeñas y medianas empresas que dibujan el gran abanico de la industria.
Antonio Ayala Rocamora es un profesional para desgranar su peripecia apasionante dentro del juego. Ejerció funciones directivas de la máxima responsabilidad en el bingo donde estuvo por espacio de casi treinta años. En su quehacer quiso superar las barreras impuestas a la actividad e insufló de vida las salas dependientes de su gestión en las que introdujo alicientes en forma de actuaciones musicales y de propuestas destinadas a la fidelización de la parroquia. En éste ámbito fue un rompedor y un conocedor a fondo de las demandas del público que frecuenta las salas.
Finalizada su etapa gerencial en el bingo se emancipó y creó un conjunto de salones en Novelda, Elda, Aspe y San Vicente del Raspeig. En ésta faceta también hizo valer sus experiencias y su apuesta por la excelencia llegado el momento de dotar a sus locales de un sello de singularidad, distinción y confort. En ésa faceta siempre se ha mostrado autoexigente de cara ha ganarse el favor del público.
Antonio también anda metido en asuntos periodísticos. La edición de NOVELDA Digital, de la que es creador, le implica tiempo y trabajo. De ahí que su hijo, José Joaquín Ayala-Rocamora Calvo, haya ido recogiendo el testigo en cuanto a la dirección de los salones se refiere. José Joaquín, con el que he compartido mesa y mantel en distintas ocasiones, es persona que posee un don muy apreciable: sabe escuchar, tomar nota y extraer conclusiones. De los salones lleva muy bien aprendidas las lecciones, para algo su progenitor está doctorado en el juego y sus diversas vertientes, y sabe por tanto el terreno que pisa.
Lo cierto es que los Ayala Rocamora están en la brecha peleando lo suyo y abriéndose un camino sólido en el segmento de los salones. Dos generaciones que habrá que esperar que con el transcurrir de los años abran vía libre a una tercera que dará solera, aunque ya la tiene, a un apellido con raigambre en Alicante y su provincia.
Los Ayala Rocamora dando juego del bueno, del que confiere solvencia, señorío y excelente imagen al salón. Será cuestión de brindar por la gestión venidera. Y ustedes que lo vean.