Así es la evolución del juego ilegal en España, que ha pasado de ser una actividad clandestina a una rama del crimen organizado impulsada por avances tecnológicos, criptomonedas y redes internacionales. El jefe del Servicio de Control de Juegos y Apuestas de la Policía Nacional, David Calvete, explica que esta problemática está vinculada a delitos de corrupción deportiva, blanqueo de capitales y fraudes de gran escala.
Desde la creación de la Brigada del Juego, el juego en España ha experimentado una transformación hacia estructuras más complejas y organizadas. La formación en 2017 del CENPIDA, unidad especializada en integridad deportiva y apuestas, marcó un cambio en la respuesta policial, permitiendo investigar y perseguir amaños deportivos y redes criminales relacionadas.
Las organizaciones criminales que controlan el juego ilegal utilizan tecnologías avanzadas, incluyendo criptomonedas y pasarelas de pago, para mover dinero de forma rápida y anónima. Estas redes están bien estructuradas y representan una amenaza significativa, ya que operan en domicilios particulares y en lugares que parecen legítimos, dificultando su detección.
La investigación policial requiere inteligencia previa, como denuncias y análisis de datos, para identificar estas operaciones clandestinas. La colaboración entre diferentes unidades y comunidades es esencial para combatirlas eficazmente.
En cuanto a los jugadores implicados, Calvete señala que no hay un perfil único, pero la mayoría son hombres adultos, incluyendo padres de familia. Una preocupación creciente es la exposición de menores a las apuestas, especialmente en línea, debido al acceso a dispositivos móviles, el anonimato y la falta de supervisión. Los signos de alerta en menores incluyen aislamiento, cambios de humor, nerviosismo y pérdida de interés en actividades cotidianas.
La implicación de las familias y la educación son clave para prevenir el juego problemático en los jóvenes, recomendando una comunicación abierta y la vigilancia de contenidos y plataformas utilizadas por los menores.