Acudí al III Foro Nacional del Bingo, celebrado en Logroño, con el convencimiento de escuchar, alto y claro, el mensaje que la patronal dedicaría a las Administraciones autonómicas presentes. Pero oí una voz débil, nada que ver con los agudos de tenor resonando en la segunda convocatoria llevada a cabo en Sevilla. Un congreso para profesionales del bingo, y dada la excelente convocatoria de Cristina Bella atrayendo a un buen número de reguladores, debe servir para ofrecer un concierto en toda regla con cuerdas, coros y demás potencias.
Está bien dedicar una mesa al juego responsable pero acaso … ¿antes no eramos responsables?. Excelente intervención de Sánchez Colilla, recordando que el bingo lleva años con políticas de RSC. A nadie le interesa más que a los empresarios proteger a su clientela pero ahora vivimos en una especie de psicosis dónde el férreo marcaje a los locales de juego es desproporcionado.
Ballesteros y Henar asomaron entre las lindezas de los reguladores en su listado de méritos expuestos – plan de prevención de adicciones, registro de prohibidos, filatelia y numismática, …- pero faltó más participación del empresariado en las mesas redondas. Y que decir tiene mi sorpresa mayúscula ante la nula formulación de preguntas o aclaración de dudas de los asistentes teniendo enfrente – y es de las pocas convocatorias que así lo ha hecho – a una notable representación de autoridades. ¿Dónde está el señor Landaluce – exponente de CEJUEGO- o mister Alejandro de Rafael – ASESFAM-?. Qué bonito es hacerse fotos y obtener un master en protocolo (no por la Universidad Rey Juan Carlos, válgame Dios).
Para el IV Foro hay que hacer otro replanteamiento. Los bingos necesitan más máquinas y otro tratamiento por parte de los Ejecutivos. Es cuestión de disparar con balas auténticas y no de fogueo, utilizar las tildes y los subrayados, pues los mensajes de gramática roma no dan el aprobado.
Menos mal que acabamos con las conclusiones de Jesús Serrano, castellano de pro y que ejerce. Sin dobleces, directo, sensato. Cuatro puntos básicos para las entendederas duras. Ya no vale con decir que el bingo está mal. Hay que actuar. ¿Lo veremos?.