El gobierno de Cantabria ha dado a conocer el resultado de 3.709 visitas efectuadas a locales de juego de la Comunidad en 2024. El balance realizado indica que no se registró ninguna presencia de menores por parte de los servicios de vigilancia y control que se ocupan de éstas inspecciones periódicas y únicamente se levantaron tres expedientes de carácter menor.
Los datos y las estadísticas son los que ofrecen una radiografía de lo que acontece en las salas de juego. Y ahora ha sido Cantabria y en otras ocasiones recibimos información sobre las batidas llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad en los establecimientos del sector que se saldan con incidencias mínimas en lo concerniente a la entrada de menores de edad.
Una situación como la descrita echa por tierra el principal argumento que emplean la mayoría de administraciones para endurecer las medidas sobre el juego: la protección de los colectivos más vulnerables y en especial de los jóvenes. Que por descontado deben ser objeto del máximo proteccionismo que los aloje de prácticas indeseadas a su edad. Pero que en modo alguno puede utilizarse como justificación para adoptar normas que conllevan en su aplicación una progresiva asfixia para los negocios del juego.
El dato incontestable hoy refleja una realidad: Los sucesivos informes autonómicos reiteran lo ya sabido sobre la escasa o nula incidencia del factor menores en los establecimientos de juego. Por tanto bien está en que se persista en la labor destinada a evitar la tentación de los menores por prácticas prohibitivas para su edad. Nada que discutir en éste sentido sino, como viene sucediendo, contar con la máxima colaboración del empresariado para contribuir a la adopción de cuantas medidas sean necesarias para garantizar la protección de éste colectivo.
Dicho lo cual basta ya de valerse del recurso de los menores para avanzar en el estrangulamiento de unos locales que están pagando una factura económica altísima en forma de normas reduccionistas para el normal desarrollo de su funcionamiento. Eso se llama simple pretexto para tratar de cargarse un sector.