Ha pasado una semana desde que se celebró el evento y hay que volver al mismo para, desde la serena objetividad, dar relevancia a las notas importantes que rodearon EXPOJOC. Y una de las más destacadas fue, sin ningún género de duda, la presencia casi al completo de la consellería de Hacienda en la muestra que creó y dirige José Ignacio Ferrer. En la última edición que tuvo lugar en 2019 ya se contó con el secretario autonómico, Francesc Gamero, que se mostró comprometido con el certamen y que volvió a repetir en la reanudación del mismo. Junto a él estuvo el director general de Tributos y Juego, Rafael Beneyto, el subdirector de Juego, Javier Ortega, y siete representantes destacados de los servicios territoriales. Hubo, pues, un pleno de la Generalitat en materia de juego lo que denota, de entrada, mostrar sensibilidad hacia la iniciativa y el esfuerzo que la misma representa para hacer de Valencia polo de atracción del juego español, y un deseo de acercamiento e interlocución con el sector, sus iniciativas, problemas y aspiraciones. Por tener un contacto directo y espontáneo con sus empresarios y profesionales lo que siempre resulta beneficioso para todos.
No nos duelen prendas cuando consideramos que la Administración y quienes están al frente de la misma deben ser objeto de críticas por su desacertada gestión o por la falta de empatía para estar donde están obligados a estar. El político o el funcionario no pueden vivir de espaldas a la realidad socioeconómica que les compete y afecta. En caso de hacerlo están traicionando la función encomendada.
En ésta ocasión fue todo lo contrario. La Generalitat valenciana se volcó con EXPOJOC asistiendo con la representación más nutrida registrada en sus ocho años de vida. Hay que destacarlo, agradecerlo como es debido y felicitarse por ello. Y por la vitalidad que se desprende de EXPOJOC.