Hay hombres y nombres cruciales en la historia empresarial, la que escriben los luchadores, los que pusieron coraje y vida al servicio de unos propósitos de superación propia y afán de triunfo. Uno de ésos protagonistas es don Alejandro Ortiz Fernández, biografía apasionante de quién, a los once años, vendía bombones en Barcelona y a los 17 partió para Brasil buscando el descubrimiento de nuevos horizontes. Trabajador vocacional e incansable, peleador por naturaleza para abrirse camino en la selva de cada día fue de joven agricultor en tierras lejanas, mecánico de barcos, correo de un diplomático, mozo de hotel de lujo y trabajador para el que el reloj no contaba y sí las ganas y la fuerza por conquistar cimas de mejora personal y familiar. Don Alejandro o la estampa aguerrida de quién siempre apostó por crear, crecer y subir.
La trayectoria vital de éste madrileño está íntimamente vinculada a Sao Paulo, donde forjó su familia y fue ascendiendo en la carrera empresarial. Promotor de cantinas y restaurantes, a las que dotaba de sello propio, de la singularidad que distingue a los elegidos, puso manos a la obra en la construcción de bingos espectaculares que dejaron huella por dar imagen y brillantez al sector. Y no satisfecho con ello se puso a fabricar máquinas que revolucionaron al bingo no sólo en Brasil si no en medio mundo. Ahí queda, testigo del tiempo, la obra de un luchador duro, enérgico, con ideas y voluntad de dar trabajo y riqueza. Algo que se convirtió en la constante de su existencia.
Conocí a don Alejandro hace un montón de años en su Sao Paulo del alma. Resultó un encuentro peculiar para escribir y recordar. Evoco su talante avasallador, su espíritu indomable que conserva íntegro a sus 84 años, su visión de los negocios y la familia, que le ha dado tremendas alegrías y no poco dolor. Me consta que anda bien de salud y con la mente alerta, como siempre la tuvo. Coraje y vida de don Alejandro, retrato de un empresario de cuerpo entero. De los que no abundan y por lo que hay que felicitarse. Larga vida.