Son noticias positivas, que no trascienden a la opinión pública porque los medios generalistas cuando se ocupan del juego es para airear la presunta mierda, pero que certifican el pleno compromiso del sector con un ejercicio muy responsable de la actividad. El dato viene de Galicia donde AGEO informó en su asamblea que de 743 inspecciones realizadas ( 694 en hostelería y 49 en locales de juego ) no se había registrado incidencia alguna respecto a la presencia de menores.
Lo acontecido en Galicia se ha repetido en otros territorios con resultados similares y es un argumento sólido, contrastable, que desmonta los muchos bulos que circulan sobre la entrada de menores en establecimientos de juego. Bulos de autoría ideológica propagados por agrupaciones y entidades afines de izquierda radical que encuentran cobijo, difusión y pábulo en los medios informativos. Y que no son objeto del mínimo y elemental chequeo porque en éste asunto todo vale aunque se trate de difundir basura informativa.
Lo triste, lo tremendo del tema es que éstos datos, que insisto suelen ser habituales en otras comunidades, son desestimados por la clase política en general, no sirven como defensa del sector y garantía de compromiso con el juego responsable. Y por eso se persiste en la fabricación del bulo, el encendido de la alarma y la consiguiente condena contra el juego privado. Todo lo demás, desgraciadamente, es estéril. Es lo que hay.