El tema es viejo, está sobado y huele ya pero hay que tocarlo otra vez. Los caraduras del gobierno, que lo son por los hechos que protagonizan, con el ministro Garzón de abanderado, se han marcado el propósito de acabar con la publicidad del juego privado, de reducir su difusión a un ámbito de notoriedad mínima y sin trascendencia efectiva. Esta es una operación que se veía venir porque así lo pedía el ideario de los podemitas y se cumplirá con la aquiescencia de sus socios, que son socialistas al menos en su origen.
Y lo de caraduras cuadra cuando te percatas, y no hay que ser una lumbrera para ello, que mientras los mensajes del juego privado desaparecen los de Lotería Nacional y ONCE son la matraca de cada día, la ilusión que no cesa, los sueños realizados, los sueldazos garantizados, las playas paradisíacas, las emociones de Navidad en agosto, los euromillones que caen en cascada, la quiniela que vuelve y el cuponazo que todo lo arregla. ¿ Sigo ? Materia hay para continuar y dejar constancia de la cara de pedernal de un gobierno, que incluye miembras y miembros, y algo más digo yo que habrá, que contemplan con ojos encandilados los mensajes de los rascas y los sorteos extraordinarios de loterías y prohíben, prohíben y prohíben los otros juegos por nocivos. Los de ellos, al parecer, son pura solidaridad y buenismo, y ternura y más cosas.
Esto es, sin remilgos y entrando por derecho en el asunto, caradura y un tratamiento grosero y cínico de un gobierno que hace de lo público paradigma y de lo privado el mal que hay que erradicar. Tomen nota cuando llegue la ocasión.